25 de noviembre de 2017
FUNCIONES Y ALCANCES DE LA PSICOLOGÍA EDUCATIVA
La función de la Psicología educativa en la educación de los profesores se basa en la premisa de que existen principios generales del aprendizaje significativo en el salón de clases que se pueden derivar de una teoría razonable acerca de tal aprendizaje. Estos principios pueden ser validados empíricamente y comunicados con eficacia a los aspirantes a profesores. Ellos proporcionan los fundamentos psicológicos para que los profesores descubran por sí mismos los métodos de enseñanza más eficaces y para que puedan seleccionar con inteligencia los nuevos métodos de enseñanza que constantemente se les obliga a aceptar. Las teorías y métodos de enseñanza válidos deben estar relacionados con la naturaleza del proceso de aprendizaje en el salón de clases y con los factores cognoscitivos, efectivos y sociales que lo influyen.
En el pasado, los principios psicológicos del aprendizaje guardaban poca o ninguna relación con la enseñanza real en el salón de clases debido a que se extrapolaban indiscriminadamente a partir de la investigación sobre los aprendizajes animal y por repetición (o a partir de otros tipos simples de aprendizaje, tales como el condicionamiento y el aprendizaje instrumental), los cuales no se relacionan intrínsecamente con la mayor parte del aprendizaje de las materias de estudio.
Todo el aprendizaje en el salón de clases puede ser situado a lo largo de dos dimensiones independientes: la dimensión repetición aprendizaje significativo y la dimensión recepción-descubrimiento. En el pasado se generó mucha confusión al considerar axiomáticamente a todo el aprendizaje por recepción (es decir, basado en la enseñanza explicativa) como repetición, y a todo el aprendizaje por descubrimiento como significativo. En realidad, los dos tipos de aprendizaje pueden ser significativos, 1. si el estudiante emplea una actitud de aprendizaje significativo (una disposición para relacionar de manera significativa el nuevo material de aprendizaje con su estructura existente de conocimiento), y 2. si la tarea de aprendizaje en sí es potencialmente significativa (si consiste en sí de un material razonable o sensible y si puede relacionarse de manera sustancial y no arbitraria con la estructura cognoscitiva del estudiante particular). En el aprendizaje por recepción, el contenido principal de la tarea de aprendizaje simplemente se le presenta al alumno; él únicamente necesita relacionarlo activa y significativamente con los aspectos relevantes de su estructura cognoscitiva y retenerlo para el recuerdo o reconocimiento posteriores, o como una base para el aprendizaje del nuevo material relacionado. En el aprendizaje por descubrimiento, el contenido principal de lo que ha de aprenderse se debe descubrir de manera independiente antes de que se pueda asimilar dentro de la estructura cognoscitiva.
Ni el aprendizaje significativo ni el aprendizaje por descubrimiento son absolutos. Más bien, cada uno de ellos se puede situar en un continuo repetición-significativo y recepción-descubrimiento. Por razones lógicas, la mayor parte del aprendizaje en el salón de clases, especialmente el de los alumnos de mayor edad, es aprendizaje por recepción significativo. Sin embargo, para ciertos tipos de aprendizaje, y en los alumnos menores, cierta proporción de aprendizaje por repetición y por descubrimiento puede ser conveniente. Este problema se analiza más ampliamente en los capítulos siguientes. El aprendizaje del material de la mayoría de las materias de estudio supone que la adquisición de conocimiento es un fin en sí mismo. Esto es cierto porque la mayor parte del aprendizaje en el salón de clases, aparte de las destrezas intelectuales y vocacionales básicas, tiene poca o ninguna relevancia para los propósitos utilitaristas posteriores. También supone que aunque los estudiantes deben, en el análisis final, asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje, la escuela no puede renunciar a su responsabilidad por la dirección guiada del aprendizaje. Debe asumir el cargo de presentar a los estudiantes los materiales de aprendizaje que sean sustancialmente válidos y pedagógicamente apropiados, y de idear los materiales de aprendizaje y los métodos de enseñanza que estén apropiadamente situados en el continuo repetición-significativo y recepción-descubrimiento.
FUNCIONES DE LA PSICOLOGÍA EDUCATIVA
PSICOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN
Como es de saberse la psicología es la ciencia encargada de
estudiar todos los procesos psíquicos, incluyendo procesos cognitivos
internos de los individuos, así como los procesos socio cognitivos que se producen en el entorno
social. Por su parte la psicología de la educación es una disciplina aplicada
de manera independiente ,grupal o en comunidades ocupándose de la naturaleza de
los resultados, la evaluación del aprendizaje escolar y también de las
distintas variables de la estructura cognitiva. En este sentido la psicología y
la psicología de la educación se ocupan del problema del aprendizaje, pero se
pueden diferenciar ya que la psicología educativa no trata las leyes generales
del aprendizaje en sí mismas, sino tan solo aquellas propiedades del
aprendizaje que pueden relacionarse con las maneras eficaces de efectuar
deliberadamente cambios cognitivos estables que tengan valor social, por otra
parte la psicología se basa en el aprendizaje pero de manera general. La
psicología de la educación se aplica en todas las etapas de la misma desde la
educación infantil hasta la educación superior aplicando una gama de funciones
como son: Intervención ante las necesidades educativas de los alumnos: Se
refiere a que participa en la atención educativa para detectar y prevenir a
efectos socio-educativos las discapacidades
e in-adaptaciones funcionales, psíquicas y sociales; tratando de
determinar la más adecuada relación entre las necesidades individuales,
grupales o colectivas y los recursos del entorno requeridos para satisfacer
dichas necesidades. Funciones ligadas a la orientación, asesoramiento
profesional y vocacional: El objetivo general de estos procesos es colaborar en
el desarrollo de las competencias de las personas en la clasificación de
sus proyectos personales, vocacionales y profesionales de modo que puedan
dirigir su propia formación y su toma de decisiones. Funciones
preventivas: Se dice así ya que interviene proponiendo la introducción de
modificaciones del entorno educativo y social que eviten la aparición
Las
alteraciones en el desarrollo madurativo, educativo y social. La prevención se
orienta a proponer las condiciones para un mejor desarrollo de las capacidades
educativas; incluyendo tanto las acciones específicas para la prevención de
problemas educativos concretos; es por ende que en dicha función se contemplan
intervenciones tanto en los agentes educativos como en el desarrollo de
programas específicos: educación para la salud, educación afectivo-sexual,
prevención de las drogo-dependencias y de los proyectos ligados en general a la
transversalmente. Intervención en la mejora del acto educativo: Se enfoca en la
adecuación de las situaciones educativas a las características individuales y
grupales de los alumnos y viceversa; dicha función se realiza a través de
asesoramiento didáctico, la organización y la planificación educativa, bien sea
para aplicarla en una actividad general (adaptación de la programación, métodos
de enseñanza-aprendizaje,aplicación de programas psico-educativos concretos,
entre otros), como en su actuación educativa con alumnos de necesidades
especiales, adecuaciones curriculares y programas individuales,
actuaciones compensatorias y en general procedimientos de atención a la
diversidad. Formación y asesoramiento familiar: También tiene como función
actuar promoviendo y organizando la información y formación a madres,
padres y representantes para así ayudar al desarrollo integral del estudiante.
Por otra parte realiza la intervención para la mejora de las relaciones
sociales y familiares,promoviendo la participación familiar en la comunidad
educativa así como en los programas, proyectos y actuaciones que el educador
desarrolle. Intervención socio educativa: La psicología de la educación
participa en el análisis de las capacidades educativas de factores
sociales y culturales que influyeren el proceso educativo de la comunidad,
interviniendo en las relaciones entre las actividades educativas y la comunidad
donde tienen lugar, también puede incurrir en el diseño de planes de
intervención comunitaria; promoviendo criterios metodológicos, procesos de
implantación y sistemas de evaluación.
Investigación y docencia: Conlleva a una investigación,
análisis y reflexión de las actividades aplicadas en el trabajo realizado; y a
la mejora y actualización de su competencia técnicas. Con las funciones
anteriormente mencionadas se puede llegar a concluir que la psicología de la
educación está enfocada principalmente en la comprensión y mejoramiento de la
Educación enfocándose en el estudio psicológico de los problemas cotidianos de
la educación, a partir de los cuales se originan principios,modelos, teorías,
procedimientos de enseñanza, métodos, evaluación y prácticas de instrucción;
para así lograr comprender los procesos de enseñanza y aprendizaje. Y ayudar a
buscar soluciones a los problemas tanto académicos como conductibles que
surgen en todos y cada uno de las estudiantes de una institución educativa, así
como también buscar soluciones sobre problemas de disciplina, respeto,
tolerancia, que deben estar presentes en las instituciones, procurando dar unas
orientaciones permanentes y colectivas que se encuentren estrechamente
relacionadas con la formación académica y social de los participantes.
ANÁLISIS DE
LA PRACTICA EDUCATIVA EN LA ACTUALIDAD
En primer
lugar habrá que referirse a aquello que configura la práctica educativa. Los
procesos educativos son lo suficientemente complejos para que no sea fácil
reconocer todos los factores que los caracterizan. La estructura de la práctica
educativa obedece a múltiples determinaciones, como los condicionantes
institucionales y organizativos, las tradiciones metodológicas, las
posibilidades reales de los profesores , los medios y las condiciones físicas
existentes, etc. Pero la práctica educativa es fluida, huidiza, difícil de
delimitar con coordenadas simples y, además, compleja, ya que en ella se
expresan múltiples factores, ideas , valores, hábitos pedagógicos, etc.
Los estudios
sobre prácticas educativas desde posiciones analíticas han destacado numerosas
variables y han prestado atención a aspectos muy concretos, de modo que, bajo
una perspectiva positivista, se han buscado explicaciones para cada una de
dichas variables, parcelando la realidad en aspectos que por sí mismos y
sin relación con los demás, dejan de tener significado al perder el sentido
unitario del proceso de enseñanza y aprendizaje. Entender la intervención
pedagógica exige situarse en un modelo en el que el aula se configura como un
microsistema definido por unos espacios, una organización social, unas
relaciones interactivas, una forma de distribuir el tiempo, un determinado uso
de los recursos didácticos , etc.. y donde los procesos educativos se explican
como elementos estrechamente integrados en dicho sistema. Así pues, lo que
sucede en el aula sólo se puede averiguar en la interacción de todos los
elementos que intervienen en ella.
Pero
desde una perspectiva dinámica , y desde el punto de vista del
profesorado , esta práctica , sí debe entenderse como reflexiva , no
puede reducirse al momento en que se producen los procesos educativos en el
aula. La intervención pedagógica tiene un antes y un después que constituyen
las piezas consustanciales en toda práctica educativa. La planificación y la
evaluación de los procesos educativos son una parte inseparable de la actuación
docente, ya que lo que sucede en las aulas (la intervención pedagógica) nunca
se puede entender sin un análisis que contemple las intenciones, las
revisiones, las expectativas y la valoración de los resultados. Por poco
explícitos que sean los procesos de planificación previa o los procesos de
evaluación de la intervención pedagógica, ésta no puede analizarse sin que se
contemple dinámicamente desde un modelo de percepción de la realidad del aula
en que están estrechamente vinculadas la planificación , la aplicación y la
evaluación.
Las
dimensiones o variables de cualquier propuesta metodológica incluyen, además de
unas actividades o de unas tareas determinadas, una forma de agruparlas y de
articularlas en secuencias de actividades (clase expositiva, aprendizaje por
descubrimiento, trabajo por proyectos...) unas relaciones y situaciones
comunicativas que permiten identificar unos papeles concretos del profesorado y
del alumnado (directivas, participativas, cooperativas...) unas formas de
agrupamiento u organización social de la clase (en gran grupo, en equipos
fijos, en grupos móviles...) una manera de distribuir el espacio y el tiempo
(rincones, talleres, aulas de área...) un sistema de organización de los
contenidos (disciplinar, interdisciplinar, globalizador...) un uso de los
materiales curriculares (libro de texto, enseñanza asistida por ordenador,
fichas autocorrectivas ...) y un procedimiento para la evaluación ( evaluación
de resultados, evaluación formativa, evaluación sancionadora...). Detengámonos
ahora en el análisis de cada una de ellas en el contexto de la unidad didáctica.
Las
secuencias de actividades de enseñanza y aprendizaje o secuencias didácticas
constituyen la manera de encadenar y de articular las diferentes actividades a
lo largo de una unidad didáctica . Así pues, podremos analizar las diferentes
formas de intervención según las actividades que se realizan y , sobre todo,
por el sentido que adquieren respecto a una secuencia orientada a la
consecución de unos objetivos educativos. Las secuencias pueden aportar pistas
acerca de la función que tiene cada una de las actividades en la construcción
del conocimiento o en el aprendizaje de los diferentes contenidos y , por
consiguiente servir para valorar la pertinencia o no de cada una de ellas, la
falta de otras o el énfasis que debemos atribuirles.
El papel
del profesorado y del alumnado, y en concreto de las relaciones que se producen
en el aula entre profesor y alumnos (o entre los alumnos) afecta al grado de
comunicación y a los vínculos afectivos que se establecen y que dan lugar a un
determinado clima de convivencia. Las formas de comunicación y los vínculos afectivos
hacen que la transmisión del conocimiento y las propuestas didácticas
concuerden o no con las necesidades de aprendizaje.
La forma
de agrupar a los diferentes alumnos y la dinámica grupal que se establece en el
aula configuran una determinada organización social de la clase en la
que los chicos y las chicas conviven, trabajan y se relacionan según modelos en
los cuales el gran grupo o los grupos fijos y variables permiten y contribuyen
de una forma determinada al trabajo colectivo, al trabajo y personal y a su
formación.
La utilización
de los espacios y el tiempo refleja cómo se concretan las diferentes
formas de enseñar en el uso de un espacio más o menos rígido y si el tiempo es
intocable o permite un uso adecuado a las diferentes necesidades educativas del
alumnado.
La
manera de organizar los contenidos puede hacerse con arreglo a la
lógica según de la estructura formal de las disciplinas, o bajo formas
organizativas centradas en modelos globales o integradores.
La
existencia, las características y el uso de los materiales
curriculares y de otros recursos didácticos condicionan la práctica
educativa en las aulas a causa de la importancia que en las diferentes formas
de intervención pedagógica adquieren los diversos instrumentos para la
comunicación de la información, para la ayuda en las exposiciones, para la
propuesta de actividades, para la experimentación, para la elaboración y
construcción del conocimiento o para la ejercitación y la aplicación.
Finalmente, el
sentido y el papel de la evaluación, entendida tanto en el sentido
restringido de control de los resultados del aprendizaje como desde una
concepción global del proceso de enseñanza y aprendizaje. Sea cual sea el
sentido que se adopte, la evaluación siempre incide en los aprendizajes y, por
consiguiente, es una pieza clave a la hora de determinar las características de
cualquier metodología. La manera de valorar los trabajos, el tipo de retos y de
ayudas que se proponen, las manifestaciones de las expectativas depositadas,
los comentarios a lo largo del proceso, las valoraciones informales sobre el
trabajo que se realiza, el modo de distribuirlos grupos, etc... son factores
estrechamente ligados a la concepción que se tiene de la evaluación una por lo
que ésta constituye de las variables metodológicas más determinantes.
Referentes para el análisis de la
práctica educativa
Anteriormente,
comentábamos la necesidad de instrumentos teóricos para un análisis de la
práctica educativa realmente reflexivo y los concretaba en la función
social de la enseñanza y en el conocimiento del cómo se aprende.
Si tenemos presente que se ha denominado fuentes del
currículum a aquellos marcos teóricos que ofrecen información para tomar
decisiones sobre cada uno de los ámbitos de la intervención educativa, y en los
cuales podemos identificar la fuente sociológica o
socioantropológica, la fuente epistemológica, la fuente
didáctica y la fuente psicológica, nos daremos cuenta de que no todas
ellas se sitúan en el mismo plano. Existen diferentes grados de vinculación y
dependencia entre ellas que nos permiten agruparlas en dos grandes referentes.
En primer lugar, y de manera destacada, encontramos un referente que está
ligado al sentido y al papel que ha de tener la educación. Es el que debe dar
respuesta a la pregunta ¿para qué educar? ¿para qué enseñar? Esta es la
pregunta capital sin la cual ninguna práctica educativa se justifica. Las
finalidades, los objetivos generales o las intenciones educativas constituyen
el punto de partida primordial que determina, justifica y da sentido a la
intervención pedagógica. Así pues, la fuente socioantropológica que en
cualquiera de los casos está determinada por la concepción ideológica de la
respuesta a la pregunta ¿para qué educar o enseñar? condiciona el papel y el
sentido que ha de tener la fuente epistemológica. La función del saber, de los
conocimientos, de las disciplinas y de las materias que se desprenden de la
fuente epistemológica será una u otra según las finalidades de la educación,
según el sentido y la función social que se atribuya a la enseñanza.
Por otro
lado, las otras dos fuentes, la psicológica y la didáctica, también están
estrechamente interrelacionadas, pero en dos planos diferentes, ya que
difícilmente puede darse respuesta a la pregunta de cómo enseñar (objeto de la
didáctica) si no sabemos cómo se producen los aprendizajes (objeto de la
psicología). La concepción que se tenga respecto a la manera de realizar los
procesos de aprendizaje constituye el punto de partida para establecer los
criterios que han de permitirnos tomar las decisiones en el aula. No obstante,
hay que dar siempre por supuesto que estos aprendizajes sólo se dan en
situaciones de enseñanza más o menos explícitas o intencionales, en las cuales
es imposible disociar, en la práctica, los procesos de aprendizaje de los de
enseñanza. Desde esta perspectiva integradora, el conocimiento que proviene de
la fuente psicológica sobre los niveles de desarrollo, los estilos cognitivos,
los ritmos y las estrategias de aprendizaje, etc., es clave para precisar las
pautas que hay que tener en cuenta al tomar las decisiones didácticas. Así
pues, el otro referente para el análisis de la práctica será el que viene
determinado por la concepción que se tiene de los procesos de enseñanza y
aprendizaje.
Actividades
Realizamos
un ejercicio con los compañeros de clase, haciendo preguntas
sobre la definición del tema psicología y psicopedagogía para conocer nuestros
conocimientos previos a cerca de los mismos.
La psicología juega un papel muy importante en la educación, nos ayuda a comprender de una mejor forma el proceso educativo y el que hacer de los docentes en los establecimientos, nos brinda las pautas y principios necesarios para crear un buen ambiente en los salones de clases, para lograr un aprendizaje eficaz en la formación de los estudiantes y así contribuir a la educación de la sociedad.
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